Ábrete paso por las habitaciones, haciendo un desastre, comiendo comida, destruyendo objetos de colección invaluables y aparatos electrónicos caros. Solo porque puedes.
Salta, rebota y corre mientras ese humano desagradable no esté en casa.
Y luego observa su desesperación mientras te limpia las patas del duro trabajo que le está destruyendo la vida.
Si no quisiera esto, no habría tenido un gato.
Última actualización
28 jun 2023