Las velas, más que simples instrumentos de iluminación, son portadoras de un simbolismo esotérico y ritual que ha resurgido con fuerza en los últimos años. Encender una vela es mucho más que producir una llama: es un acto cargado de tradición, un gesto que conecta desde los antiguos hechizos hasta la intimidad de una noche iluminada suavemente, o la calma que aporta un baño acompañado por su luz especial. Cada llama encierra un poder místico que durante siglos ha sido invocado por magos, sacerdotes y adivinos, quienes las han considerado aliadas imprescindibles para potenciar rituales, abrir portales energéticos o descifrar predicciones ocultas.
En esa misma línea de misterio y revelación se encuentra el arte ancestral de la quiromancia. En las manos, dicen los sabios, se guarda la memoria del pasado, la verdad del presente y la promesa del futuro. Este antiguo conocimiento, heredado de múltiples culturas, ha sido un puente hacia el destino humano. Las palmas, con sus líneas y símbolos, han sido interpretadas como mapas sagrados de la vida, mientras que los dedos y su estructura revelan fuerza, poder y camino. Así, la mano no es solo una herramienta, sino una representación en miniatura del destino del hombre, un espejo que refleja lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
Alina Rubí es astróloga certificada por la Asociación Americana de Astrólogos, además, posee certificaciones en Psicología, Hipnosis, Reiki, Sanación Bioenergética con cristales, Astrología China, Sanación Angelical, Interpretación de Sueños y es Instructora Espiritual; también posee conocimientos de Gemología. Rubi escribe los Horóscopos Mensuales para la página de internet de la American Asociation of Astrologers.