Ashley no estaba dispuesta a compartir sus deseados gemelos con un perfecto desconocido, y mucho menos a casarse con él. No podía volver a poner en juego su corazón, herido por el fracaso de un matrimonio anterior. Pero apreciaba mucho lo que Hunter estaba haciendo: trasladarse a su casa para cuidarla durante su difícil embarazo. Y después de aquel primer beso, Ashley no pudo remediar el deseo de que la cigüeña le trajera también el amor de Hunter...