Desde su publicación, Oliver Twist ha sido celebrada por su crítica social directa, sus personajes memorables y su capacidad para conmover al lector. Figuras como Fagin, el siniestro Bill Sikes y la bondadosa Nancy siguen siendo referentes en la literatura por su complejidad y humanidad. La novela ayudó a visibilizar las condiciones inhumanas de los orfanatos y las leyes de asistencia social de la época.
Su relevancia perdura en su defensa de los más vulnerables y en su llamado a la compasión y a la reforma social. Oliver Twist sigue siendo una obra poderosa que combina denuncia, emoción y una narrativa vibrante, revelando la lucha por la dignidad en un mundo marcado por la injusticia.
Charles Dickens fue un novelista inglés ampliamente reconocido como uno de los escritores más influyentes de la literatura victoriana. Nacido en Portsmouth, Inglaterra, Dickens es célebre por sus obras que exploran las desigualdades sociales, la pobreza urbana, la explotación infantil y las injusticias del sistema judicial. Su estilo narrativo, rico en personajes memorables y crítica social, dejó una huella profunda en la literatura y en la conciencia colectiva de su época y de generaciones posteriores.
Dickens alcanzó la fama con su primera novela, The Pickwick Papers (1836), y pronto se convirtió en uno de los autores más populares de su tiempo. Su obra se caracteriza por la representación vívida de la vida londinense y por una profunda preocupación por los problemas sociales de la era industrial. Entre sus novelas más emblemáticas se encuentran Oliver Twist (1837), David Copperfield (1850), Bleak House (1853) y Great Expectations (1861).
Dickens revolucionó la novela al combinar entretenimiento con crítica social. Fue un observador agudo de su tiempo, y su literatura sirvió como espejo de las contradicciones de la sociedad victoriana. Su influencia alcanzó tanto al público general como a otros escritores, inspirando reformas sociales en ámbitos como la educación, el trabajo infantil y la asistencia a los pobres.
Sus personajes, como Fagin, Uriah Heep, Miss Havisham o Mr. Micawber, siguen siendo parte del imaginario colectivo por su fuerza simbólica y su complejidad psicológica. Además, Dickens perfeccionó la técnica de la publicación por entregas, logrando que sus novelas fueran accesibles a una amplia audiencia y creando una conexión emocional directa con sus lectores.