Ahora debía luchar contra la pasión que ella despertaba en él, pues no debía ignorar quién era ni lo que era. No podía dañar su casa, su título, su posición, su familia y menos aún, a la pequeña Amelia Mcbeth. Pero ¿qué pasaría si se dejara llevar por los incontenibles deseos y sentimientos que ella despertaba en él? ¿Se convertiría en un monstruo o simplemente sería feliz siendo quien estaba destinado a ser: el amor de su Amelia?