Vivimos segÃēn el derecho. El derecho nos convierte en lo que somos: ciudadanos y empleados, doctores y cÃŗnyuges, personas que poseen cosas. El derecho es espada, escudo y amenaza: reclamamos nuestro salario, nos negamos a pagar el alquiler, debemos afrontar multas o nos encierran en la cÃĄrcel, todo en nombre de lo que este etÊreo y abstracto soberano ha ordenado. ÂĢÂŋCÃŗmo puede mandar el derecho cuando los textos legales son silenciosos, confusos o ambiguos?Âģ, se pregunta el autor. Este libro despliega en toda su extensiÃŗn la respuesta que Dworkin desarrollÃŗ a lo largo de los aÃąos: que el razonamiento jurÃdico es un ejercicio de interpretaciÃŗn constructiva, que nuestro derecho consiste en la mejor justificaciÃŗn de nuestras prÃĄcticas jurÃdicas como un todo âla narraciÃŗn que convierte a estas prÃĄcticas en lo mejor que pueden serâ.