Criaturas crueles y volentas, especialmente demonios de diversas especies, poseían una indiscutible ventaja que les permitió fundar reinos sobre tierras que conquistaron a costa de devastadoras guerras.
Tomaban todo lo que deseaban y destruían aquello que no les interesaba o no poseía ningún valor. Las guerras traían muerte y destrucción, forzando a los seres inferiores a huir lejos para sobrevivir.