El gualicho estaba en una caja de madera: adentro habรญa una copa rota llena de sangre, pรฉtalos de rosas y un huevo tipo de codorniz envuelto en gasas. Estuvo todo el dรญa en el pasillo hasta que Daniel se despertรณ a la tarde, abriรณ la puerta, lo mirรณ con curiosidad y lo entrรณ. Ardores, fiebre, temblores y un insaciable deseo llevarรกn a Daniel a la bรบsqueda de un pequeรฑo alivio (aunque tal vez no tan pequeรฑo) recorriendo una Buenos Aires vacacional, desierta y muy caliente.