Juan Bautista Alberdi, nacido en San Miguel de Tucuman en 1810 y fallecido en Francia en 1884, fue un escritor, músico, diplomático, economista, jurista y político argentino. Su obra fue reveladora, no ocultó sus rencores. Incurrió en contradicciones. Se abanderó con toda la intensidad de su intelecto. Defendió sus verdades y supo cómo hacerse de enemigos. Su coraje intelectual parece mayor que su coraje físico. Su grito no fue destemplado, ni su gesto desabrido, a diferencia de Sarmiento. Si este hizo gala de una incorregible vanidad, de una feroz inmodestia, el tucumano intentó disimularlas. A don Domingo lo tuvo como espina clavada en la garganta. No le mezquinó críticas ni sarcasmos. Disto de amar a Mitre; lo acusó de deshonestidad intelectual. Alberdi luce como un individuo frío: en sus entrañas las brasas le quemaban. Su campo de actuación fueron las ideas; su arma, la pluma.