ROMULO Y REMO

Al amanecer del día de la fundación, Rómulo comenzó la ceremonia ofreciendo un sacrificio,  con sus principales acompañantes a su lado.

Es encendida una hoguera con ramas de plantas sagradas y cada hombre por su vez salta a través de las llamas, purificándose delante de los dioses.

Después de esta ceremonia preliminar, Rómulo excavó una pequeña fosa circular donde arrojó un puñado de tierra transportada desde Alba Longa. A continuación cada hombre del grupo le imitó.

Esa tierra procedente de la ciudad de origen de cada individuo contiene un poco del hogar donde habitan los dioses protectores de su gens y los espíritus de sus antepasados, que a partir de esa ceremonia pasarán a habitar en ese nuevo recinto sagrado.

Para Rómulo, en Alba estaban sus padres y abuelos, allí habían vivido y allí estaban sepultados, la religión prohibía abandonar la tierra de los antepasados. Para instalarse en otra tierra sin ofender a los dioses, era necesario transportar una parte del suelo sagrado de su familia.

 Después de ese ritual, cada hombre podría decir que allí también estaba la tierra de sus ancestrales, que sería igualmente su Patria pues en ese lugar habitan los manes de su familia.

A partir del momento en que eran depositados en aquella pequeña fosa denominada “Mundus” el alma de los ancestrales velará por sus descendientes y tres veces al año  saldrán al mundo exterior para volver a contemplar por un momento la luz. Sobre esa fosa será levantado el Altar de Roma, donde será encendido el Fuego Sagrado, que jamás deberá apagarse.

Alrededor de esa hoguera se levantará la ciudad.

A continuación Rómulo marcó los contornos del recinto, usando un arado de bronce, tirado por un toro y una vaca blancos, Rómulo, con la cabeza cubierta y vestido con ropas ceremoniales, conduce el arado pronunciando oraciones.

Sus compañeros caminan detrás de él manteniendo un respetuoso silencio, a medida que el arado va removiendo la tierra, algunos terrones que caen fuera del recinto  son inmediatamente recogidos para ser depositados en el interior, ni siquiera un pedazo de la tierra sagrada debe quedar fuera de la ciudad.

Ese surco marca donde se levantará la muralla de la ciudad, es considerado sagrado e inviolable, nadie, ni extranjero ni ciudadano, podrá cruzarlo.

Saltar por sobre el surco es un pecado que debe ser castigado con la muerte, al parecer esa fue la causa del asesinato de Remo, que habría cometido ese sacrilegio.

El muchacho al parecer no había aceptado de buen grado ser superado por Rómulo en el Augurio.

Desde entonces se rehusó a participar de la ceremonia, criticaba las decisiones e Rómulo y opinaba en contrario a cada decisión de su hermano, e incluso a veces era apoyado en sus opiniones  por su padrastro Faustulo y otras personas.

Eso estaba dividiendo peligrosamente al grupo.

 La tensión aumentó hasta el momento en que Remo se atrevió a saltar por sobre el surco negando su carácter sagrado, Rómulo no hesitó en golpearlo, causando su muerte...