Uno de los testimonios más desgarradores del Holocausto, perdido durante años, ve la luz por primera vez a nivel internacional.
Rywka Lipszyc fue una chica judía de catorce años que vivió en el ghetto de Lødz, en Polonia. Entre 1943 y 1944 escribió un diario, en el que nos cuenta no solo los horrores de los que es testigo, sino también quiénes son sus amigos y su familia, cómo le va en el trabajo y en la escuela, y cuáles son sus sueños y esperanzas para el futuro.
El diario fue hallado por una doctora del ejército ruso en el crematorio de Auschwitz, que lo guardó como un tesoro. Ahora, setenta años después, se ha conseguido traducir, revelando este maravilloso testimonio de cómo la vida transcurre incluso en los tiempos más oscuros, sacando a relucir lo más brillante del espíritu humano.
Rywka Lipszyc (1929-?) tenía 12 años cuando estalló la II Guerra Mundial. Dada su procedencia judía, fue destinada con sus padres y sus cuatro hermanos al guetto de Lodz tras la invasión nazi en Polonia. Su padre, Jakub, murió en 1941 a consecuencia de las secuelas de una paliza propinada por los soldados nazis, y su madre, Sarah, tuvo que encargarse sola de la familia. La madre murió en 1942 a causa de la malnutrición y las precarias condiciones de salud del guetto. Los niños de la familia Lipszyc fueron adoptados por sus tíos pero, en 1943, Rywka, su hermana Cipka, sus tíos y sus tres primas son deportados a Auschwitz. Poco después de la muerte de su tía, en octubre de 1943, Rykwa comienza su diario. Se sabe que Rywka sobrevivió a su paso por el campo de concentración y a la marcha de la muerte desde Auschwitz hasta Bergen-Belsen. Demasiado enferma y débil como para ser evacuada tras la liberación por parte de las fuerzas aliadas, se la trasladó a un hospital de campaña en Niendorf, donde se pierde su rastro.