No necesitás cambiar tu vida. Solo parar un minuto para habitarla.
Este libro no es un curso de meditación.
No te habla en sánscrito ni te pide que te vayas al Tíbet.
Es una pausa envuelta en palabras: microcapítulos que podés leer mientras esperás el ascensor, el café o que se cargue el celular.
Frases que te bajan a tierra.
Cuentos zen que te sacuden suave.
Una voz que te recuerda lo que ya sabías, pero te olvidaste en el apuro.
"Este libro es un regalo. En un minuto, me cambió el humor."
—una lectora apurada, como vos.
No lo leas de corrido.
Leelo cuando más lo necesites.
Y dejá que en un minuto… algo se acomode adentro.