El espejo de Maite nos propone zambullirnos en el mundo de los niños pasando por muchas sensaciones y emociones que vamos olvidando a lo largo del tiempo. Las que nos hacen entender la realidad y su fragilidad al vulnerar uno de sus tantos derechos, en este caso, el derecho a ser escuchados. Aquí comienza nuestra obligación de aprender a comunicarnos cuidando ese pequeño y vasto mundo llamado niñez, el que jamás debe ser pasado por alto.