En estos Versos del alma, la voz profundamente humana de la autora nos habla desde la tristeza abrumadora, pero también desde la celebración de la vida que, pertinaz, se abre paso frente a toda inclemencia. La resiliencia y el amor son sus compañeros de viaje: amor por los que se fueron, por los que permanecen, por aquellos que han llegado a dar una felicidad nueva. Porque sabe que todo siempre florece, y que no hay circunstancia ni rincón en el mundo que no pueda transformarse con la poesía.