Belloc caminó "cien leguas y media" a Roma, durante veintidós días, y llegó a tiempo para escuchar Misa en la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Mientras camina, descubre rápidamente la dificultad de mantener cada voto que hizo antes de comenzar, ya que los días son largos, las montañas empinadas y sus finanzas estresadas. Pero el libro es mucho más que un simple diario de viaje; junto con la narrativa del viaje, Belloc deambula en temas tan variados como el arte de escribir, la vida en el ejército, su fe católica, la clase media, la crítica literaria, la música, la poesía y más. Su política y personalidad únicas brillan en sus muchas digresiones y aparte.